Negligencias médicas en partos: casos más comunes y cómo reclamar

Introducción

Un parto… mira, un parto tendría que ser uno de esos días que se graban a fuego. Nueve meses esperando, la bolsa del hospital lista en la puerta, la familia pendiente del móvil, los nervios, la ilusión… Y de repente llega ese momento. Y lo que debería ser pura alegría, a veces se convierte en una pesadilla por culpa de errores que no tenían por qué pasar.

Y ojo, que no quiero declarar culpables a los médicos. La medicina no es una ciencia exacta: hay partos que se complican, aunque se haga todo perfecto. Pero hay otras veces en que, siendo sinceros, cualquiera diría: “esto se podía haber evitado si hubieran hecho su trabajo como toca”. Y ahí, amigo, hablamos de negligencia médica.

Lo más duro es que esos fallos no solo afectan a la madre. También al bebé. Y lo que ocurre en esas horas marca el resto de una vida.

Negligencias médicas en partos: qué entendemos

Te lo digo claro y sin rodeos: negligencia en un parto es cuando el equipo médico no actúa como lo haría cualquier otro profesional en su lugar. No hablo de complicaciones inevitables, sino de errores que se podían haber evitado.

Ejemplos:

  • No controlar el estado del bebé en todo momento.
  • Ignorar señales de sufrimiento fetal en el monitor.
  • Retrasar una cesárea cuando era urgente.
  • Usar fórceps o ventosas a lo loco, sin necesidad o con mala técnica.

Vamos, que no son “cosas del parto”. Son fallos serios.

Ejemplos de negligencias médicas en partos

Para que se entienda, te pongo ejemplos que hemos visto demasiadas veces:

  • Cesárea tardía. La madre lleva horas con contracciones, el bebé da señales claras de estar sufriendo… y aun así no actúan. Al final, cuando deciden hacer la cesárea, el daño ya está hecho: el bebé nace con falta de oxígeno. Secuelas de por vida.
  • Embarazo mal controlado. Una mujer con embarazo de riesgo al que no se le hacen las pruebas que tocaban. Se pasan por alto problemas que, de haberlos detectado, habrían evitado un parto complicado.
  • Fórceps mal usados. Los aplican con demasiada fuerza o cuando no hacía falta. Resultado: lesiones graves en el bebé y desgarros importantes en la madre.
  • Infecciones hospitalarias. La madre acaba con una infección por no cumplir protocolos básicos de higiene. Algo tan tonto como esterilizar bien el material.
  • Epidural mal administrada. Un mal pinchazo y la mujer arrastra dolores crónicos durante años. Alguna incluso queda con secuelas neurológicas.
  • Hemorragia no atendida a tiempo. Una complicación seria, pero evitable si se hubiera actuado con rapidez. Esos minutos perdidos hacen toda la diferencia.

Te lo digo porque muchas madres me lo cuentan igual: “yo sentía que algo no iba bien, pero nadie me escuchaba”. Y eso, sentir que no te toman en serio, duele casi tanto como el daño físico.

“Igual que ocurre con los errores de diagnóstico médico, muchas veces el problema es que se pasan por alto señales claras.”

Consecuencias para la madre y el bebé

Aquí es donde se te encoge el estómago. Porque las consecuencias son durísimas:

  • En los bebés: falta de oxígeno (hipoxia), parálisis cerebral, fracturas, problemas de movilidad, daños neurológicos…
  • En las madres: hemorragias graves, infecciones, secuelas por anestesia mal puesta, dolores crónicos, desgarros mal tratados.
  • En lo emocional: depresión posparto, ansiedad, culpa, miedo a volver a quedarse embarazada.

Y lo que más repiten las familias es: “lo que debería ser el día más feliz de mi vida se convirtió en el peor”. Eso no se borra fácilmente.

Cuando un error en el parto es negligencia

No quiero que todo suene a acusar, porque no es así. No todos los partos difíciles son negligencia. Pero sí lo son cuando:

  • No se siguen los protocolos básicos.
  • Se ignoran señales clarísimas en el monitor.
  • Se hacen maniobras imprudentes.
  • No se informa a la madre de riesgos ni de opciones.

Si el equipo actuó con diligencia y aun así se complicó, fue mala suerte. Pero si fallaron en lo que estaba en su mano, hablamos de negligencia.

Cómo reclamar una negligencia médica en un parto en España

Si sospechas que lo tuyo no fue mala suerte, sino un error evitable, estos son los pasos:

  1. Pide tu historia clínica. Es tuya, tanto la de la madre como la del bebé.
  2. Encarga un informe pericial. Otro médico valora si lo que pasó era inevitable o se podía haber evitado.
  3. Elige la vía:
    • Sanidad pública → reclamación administrativa y, si no prospera, demanda contenciosa.
    • Sanidad privada → demanda civil contra el hospital, el médico o la aseguradora.
  4. Respeta los plazos. Público: 1 año. Privado: 5 años.

Y créeme: no dejes pasar el tiempo. He visto casos perderse solo por eso.

Indemnizaciones en casos de negligencia en partos

Aquí la horquilla es enorme. No es lo mismo una infección que te tuvo unas semanas ingresada que un daño neurológico permanente en un bebé.

Se tiene en cuenta:

  • Las secuelas físicas y psicológicas.
  • Los gastos médicos y de rehabilitación.
  • Si habrá necesidad de cuidados de por vida.
  • El daño moral a la madre y a la familia.

Si quieres consultar la normativa y protocolos oficiales sobre atención sanitaria en España, puedes hacerlo en la página del Ministerio de Sanidad

He visto indemnizaciones millonarias en casos de bebés con discapacidades graves. Y ojo, no es solo “dinero”: es poder garantizar que esos padres tendrán medios para cuidar de su hijo toda la vida.

abogados expertos en negligencias médicas

Casos reales en España

Para concretar, ejemplos reales de tribunales españoles:

  • Una cesárea retrasada pese a señales de sufrimiento fetal → bebé con parálisis cerebral → indemnización millonaria.
  • Fórceps aplicados de forma indebida → lesiones craneales irreversibles → condena al hospital.
  • Infección tras el parto → secuelas permanentes en la madre → hospital responsable por no cumplir protocolos básicos.

Historias que te ponen un nudo en la garganta. Pero también muestran que reclamar sirve.

Preguntas frecuentes sobre negligencias en partos

¿Todas las complicaciones en un parto son negligencia?

No. Hay partos que se complican aunque todo se haga bien. Pero si se ignoraron señales claras o no se actuó como tocaba, sí lo es.

¿Qué se puede reclamar?

Depende, pero lo habitual: daños físicos, secuelas, gastos médicos, rehabilitación, daños psicológicos y morales.

¿Hace falta abogado?

Sí. Y no lo digo por interés, es que es imposible hacerlo solo. Hay informes médicos, plazos y un lenguaje legal que abruma.

¿Cuánto cuesta?

Con nosotros, nada por adelantado. En Acomisión Abogados trabajamos a comisión: si tú no ganas, nosotros tampoco.

¿Qué pruebas necesito?

La historia clínica es la base. También informes posteriores, gastos médicos, facturas… todo lo que documente lo ocurrido.

¿Cuál es el plazo para reclamar?

  • Sanidad pública → 1 año.
  • Sanidad privada → 5 años.
    A veces el plazo empieza cuando conoces el alcance real del daño, no el mismo día del parto.

¿Y si ya han pasado años?

En lo público, más de un año lo complica. En lo privado, más de cinco también. Pero siempre conviene preguntar: hay matices que pueden darte margen.

¿Se puede reclamar aunque no haya secuelas permanentes?

Sí. Aunque se resolviera después, si hubo negligencia y sufriste daños, puedes reclamar.

¿Qué pasa si el hospital lo llama “complicación normal”?

Es la excusa más repetida. Por eso hace falta un perito independiente.

¿Cuánto tarda el proceso?

No es rápido. Puede durar entre uno y tres años. Pero si no se empieza, nunca llega.

¿Qué probabilidades tengo de ganar?

Cada caso es un mundo. Pero te aseguro que con informes sólidos y un abogado que sepa de esto, las opciones suben mucho.

Acomisión Abogados: nuestra forma de trabajar

Aquí me pongo un poco más personal. En Acomisión Abogados llevamos años peleando casos de negligencias médicas, incluidos partos. Y algo que aprendimos pronto es que no basta con leyes: hay que escuchar. Porque detrás de cada expediente hay una madre, un padre, una familia que sintió que no le hicieron caso.

Lo que más valoran quienes vienen a vernos es que trabajamos a comisión. ¿Qué significa? Muy simple: si tú no ganas, nosotros tampoco cobramos. Así vamos en la misma dirección, sin letra pequeña.

Y te digo otra cosa: no tratamos a nadie como un número. Hemos escuchado llorar a madres, hemos visto a padres destrozados… y sabemos que, más allá de la indemnización, lo que buscan es apoyo. Muchos nos escriben después para decirnos: “por fin alguien me escuchó” o “me devolvisteis la confianza”. Y créeme, esas frases valen más que cualquier sentencia.

CONCLUSION

Un parto tendría que ser un recuerdo feliz. Pero cuando hay negligencia, lo que queda son secuelas y un sentimiento enorme de injusticia.

Si sospechas que lo tuyo no fue “mala suerte” sino un error evitable, no lo dejes correr. Pide tu historia clínica, habla con especialistas y busca ayuda legal.

En Acomisión Abogados revisamos tu caso sin compromiso, te decimos lo que hay sin rodeos y, si decidimos ir juntos, lo peleamos hasta el final. Y recuerda siempre: si tú no ganas, nosotros tampoco.

“Si quieres una visión más completa de qué es una negligencia médica y cómo reclamar, te recomiendo leer nuestra guía sobre negligencia médica en España

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Roberto Hernández

Roberto Hernández

Director de AcomisiónAbogados

Este artículo ha sido redactado por el director de nuestra firma Roberto Hernández.